COLECCIÓN MÁRMARA
MÁRMARA es una colección que nace de la magia entre Oriente y Occidente, donde la conexión entre la belleza de la joyería y la delicadeza del cachemir dan lugar a sentimientos y texturas combinadas con piel, lana y sedas creadas en el corazón de Estambul.
HISTORIA DEL CACHEMIR
El cachemir es una exquisita y suavísima lana que, en forma de chal de intrincados dibujos, sedujo a las grandes damas de la alta sociedad francesa cuando el tejido llegó a París en el siglo XVII, procedente del comercio en las rutas asiáticas. En el siglo XVIII fue Josefina Bonaparte la que se convirtió en la gran embajadora de la lana de cachemir, gracias a una espectacular pashmina realizada en Cachemira (Pakistán) que le regaló Napoleón. Con el tiempo, la emperatriz llegaría a atesorar 400 piezas de valor incalculable.
También llamado cachemira, el cachemir es el pelaje fino que cubre la piel de ciertos tipos de cabra y que queda oculto bajo el pelo largo y visible de este anima. Se caracteriza por su extrema y placentera suavidad, y puede ser de color marrón, crema, gris o blanco. Este último es el de más calidad. El cachemir se da en las semidesérticas zonas frías de Asia, sobre todo en Irán y en las provincias occidentales de la Mongolia Interior china. Hacia estas últimas emigraron los pastores de la región india de Cachemira a los que se debe el nombre de la fibra lanosa.
Los comerciantes indios e iraníes introdujeron las telas de cachemir en los mercados romanos hace 2.000 años.
En la Europa del siglo XIX, esta lana se puso de moda entre la élite social. La firma escocesa Johnstons fue una de las pioneras. De hecho, Escocia produce y elabora hoy el tejido de cachemir más prestigioso del Viejo Continente a partir de cabras asiáticas que se han aclimatado a sus montañas.